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Sistemas de alerta temprana

Las telecomunicaciones en la nueva Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil

Escudo_ESPAcaba de publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la nueva Ley de Protección Civil española, denominada Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil. Esta Ley viene a sustituir a la antigua Ley 2/1985, de 21 de enero, sobre Protección Civil, que ya tenía nada más y menos que 30 años de antigüedad.

No hay grandes referencias a las telecomunicaciones de emergencia, salvo en lo relativo a las alertas y a la interoperabilidad, estableciéndose por un lado que los medios de comunicación están obligados a colaborar de manera gratuita con las autoridades en la difusión de las informaciones preventivas y operativas y por otro lado creándose una nueva Red de Alerta Nacional de Protección Civil, como sistema de comunicación de avisos de emergencia a las autoridades competentes en materia de Protección Civil.

Se crea asímismo la Red Nacional de Información sobre Protección Civil, que interconectará todos los datos e informaciones necesarias para garantizar respuestas eficaces ante las situaciones de emergencia.

Se potencia el centro de coordinación actual de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (SACOP), que se transforma en el Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de Emergencias de Protección Civil, al que corresponde la gestión de las redes de información y alerta del sistema, la interconexión y colaboración con otros centros de coordinación internacionales y constituirse en centro de coordinación operativa desde el cual se dirigirán las emergencias de interés nacional. Elaborará un plan nacional de interconexión de información de emergencias que permita la comunicación ágil entre las diferentes Administraciones Públicas y la eficacia en la gestión, coordinación y el seguimiento de las emergencias. Evaluará la conveniencia y forma de utilización de las redes sociales ante una emergencia de protección civil.

En el apartado de voluntariado, se hace una referencia al Servicio de Radioaficionados, especificándose que «la red de comunicaciones de emergencia formada por radioaficionados voluntarios podrá complementar las disponibles ordinariamente por los servicios de protección civil». En la actualidad, esta colaboración de los radioaficionados se articula a través de la Red Radio de Emergencia (REMER) de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias.

Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil

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Temporada de Huracanes en el Atlántico 2013

iaru_logoLa temporada de huracanes en el Atlántico comienza oficialmente el 1 de Junio y varias predicciones indican que este año tendremos un número de tormentas por encima de la media.

Cada año, el Servicio de Radioaficionados continúa con sus tareas de apoyo recopilando y distribuyendo información para los servicios meteorológicos y de emergencias. Se recuerda a los radioaficionados de la Región 1 que las siguientes frecuencias pueden utilizarse en redes de Norteamérica y América Central para realizar el seguimiento y para operaciones de emergencia relacionadas con estos eventos climatológicos severos. Es posible provocar QRM no intencionado a estas redes, por lo que se solicita una cuidadosa escucha previa antes de operar en las proximidades de estas frecuencias:

  • Redes de emergencia y meteorológicas en el Caribe: 7.162 y 3.815 MHz.
  • Red del sistema de emergencias de banda estrecha del Caribe oriental (Eastern Caribbean Narrow Band Emergency System Net): 7.036 MHz USB (Olivia y MT63).
  • Emergencias en el Caribe: 14.185 MHz.
  • República Dominicana: 7.065 y 3.780 MHz.
  • Cuba: 7.045, 7.080, 7.110, y 3.740 MHz.
  • América Central: 7.090 y 3.750 MHz.
  • Nicaragua: 7.098 MHz.
  • Guatemala: 7.075 MHz.
  • Panamá: 7.085 MHz.
  • México: 7.060 y 3.690 MHz.
  • Estados Unidos:

– Red del Servicio Móvil Marítimo (Maritime Mobile Service Net): 14.300 MHz.

– Red de Vigilancia de Huracanes (Hurricane Watch Net): 14.325 MHz.

– Salvation Army Team Emergency Radio Network (SATERN): 14.265 MHz.

Podrán activarse otros grupos de comunicaciones de emergencia locales si un huracán se aproxima a sus zonas, en cuyo caso sus frecuencias serán anunciadas convenientemente.

Recursos adicionales:

Fuente: IARU-R1.

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Las comunicaciones, insustituibles en el PENBU

El Subdelegado del Gobierno (dch.) y otros responsables del PENBU.

En caso de emergencia, la telefonía fija y móvil siempre se saturan, por lo que las emisoras de radio son muy importantes». En este planteamiento coincidían ayer tanto el alcalde del Valle de Tobalina, Rafael González Mediavilla, como el colaborador de la Dirección General de Protección Civil a través de la Red Radio Emergencia, Fernando Uzquiza. Lo hacían pasadas las dos de la tarde, cuando estaba finalizando un nuevo ejercicio del Plan de Emergencia Nuclear de Burgos (PENBU), que una vez más puso a prueba la solvencia de las comunicaciones.

Lo cierto es que los alcaldes de los trece municipios del radio de diez kilómetros alrededor de la central nuclear de Santa María de Garoña han de saber manejar correctamente estos aparatos de radio, que salvarían las comunicaciones en último extremo, dado que podría cortarse el suministro eléctrico y con ello caerse casi todas las comunicaciones e incluso fallar los satélites. Por segunda ocasión -la primera fue en noviembre de 2011-, la Red Radio Emergencia instaló y probó una Unidad Móvil en el Alto Tero, de Poza de la Sal, que es autónoma al alimentarse con paneles solares. Desde ella se recogían todas las trasmisiones por radio y se enviaban a su destino.

La Subdelegación del Gobierno activó el ejercicio a las nueve de la mañana con un supuesto de muy poca gravedad, un incendio en los talleres de Garoña, que sólo obligaría a comunicarlo a todos los posibles afectados para que estuvieran alerta. Los teléfonos, el fax, el teléfono vía satélite, las emisoras de radio o la videoconferencia fueron algunos de los medios que se utilizaron para contactar desde la Subdelegación del Gobierno con los trece ayuntamientos de la zona más próxima a Garoña, las estaciones de clasificación y descontaminación ubicadas en Medina de Pomar, Briviesca, Miranda de Ebro y Busto de Bureba, así como el Área Base de Recepción Social de Trespaderne. Asimismo, hubo comunicaciones con la Dirección General de Protección Civil en Madrid, la propia central nuclear, el Consejo de Seguridad Nuclear, las Delegaciones del Gobierno de Álava, Vizcaya y La Rioja, la Junta de Castilla y León y los Servicios 112 de Castilla y León, País Vasco y La Rioja.

El alcalde del Valle de Tobalina, Rafael González Mediavilla, probando ayer el estado de la emisora de radio. A.C.

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Informe sobre el Clima Espacial de la Real Academia de Ingeniería del Reino Unido

La Real Academia de Ingeniería del Reino Unido acaba de publicar en febrero de 2013 un informe titulado «Clima Espacial Extremo: Impacto en Sistemas de Ingeniería e Infraestructura», en el que se analizan desde el punto de vista de la ingeniería los posibles impactos de una supertormenta solar en la red eléctrica, los sistemas satélite, aeronaves, sistemas de radionavegación y sistemas de radiocomunicaciones, entre otros. El informe, que se centra sobre todo en las posibles repercusiones de un evento de este tipo en el Reino Unido, puede descargarse en su versión original en inglés aquí: «Extreme Space Weather: Impact on Engineered Systems and Infrastructure».

A continuación se ofrece una traducción al español de los puntos clave y de las recomendaciones que se incluyen en el resumen ejecutivo del informe.

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PUNTOS CLAVE

Entorno de una supertormenta solar

Las estadísticas sobre la recurrencia de un evento de magnitud e impacto similares a un evento Carrington son escasas, aunque se están mejorando. Varios estudios consideran razonable un periodo de recurrencia de un evento de este tipo cada 100 ó 200 años y en este informe se realizan valoraciones del impacto de ingeniería basadas en un evento de esta magnitud con el citado periodo de retorno. Si estudios posteriores demuestran que pueden ocurrir eventos más severos -quizás en una escala de tiempo mayor- se debería realizar un cambio radical en las valoraciones del impacto de ingeniería. El citado periodo de 100 años no debe ser un motivo para ignorar tales riesgos.

Red eléctrica

El caso peor más razonable podría tener un impacto significativo en la red eléctrica nacional. Las simulaciones indican que alrededor de seis grandes transformadores de red en Inglaterra y Gales y otros siete transformadores en Escocia podrían quedar dañados por perturbaciones geomagnéticas y puestos fuera de servicio. El tiempo de reparación oscilaría entre semanas y meses. Adicionalmente, las estimaciones actuales indican la posibilidad de interrupciones de algunas horas en el suministro eléctrico local. Dado que la mayoría de los nodos disponen de más de un transformador, no todos estos fallos conducirían a un evento de desconexión. No obstante, el análisis de la red nacional indica que en torno a dos nodos en Gran Bretaña podrían quedar desconectados.

Satélites

Algunos satélites pueden quedar expuestos a entornos sobre los niveles de especificación típicos, incrementándose de este modo las tasas de fallos microelectrónicos y creándose riesgos de carga electroestática. Debido a la multiplicidad en el diseño de los satélites utilizados actualmente, existe bastante incertidumbre sobre el comportamiento general de la flota de satélites, aunque la experiencia adquirida durante tormentas más pequeñas indica que se puede anticipar un cierto grado de interrupción en los servicios por satélite. Afortunadamente, se espera que tanto la propia naturaleza conservadora del diseño de satélites como su diversidad limiten la escala del problema. Nuestro mejor juicio de ingeniería, basado en la tormenta de 2003, es que hasta un 10% de los satélites podrían experimentar fallos temporales con una duración comprendida entre horas y días como resultado de un evento extremo, pero es poco probable que estos fallos se extiendan uniformemente por toda la flota, dado que algunos diseños de satélites y constelaciones serán inevitablemente más vulnerables que otros. Adicionalmente, las dosis significativas de radiación acumulada podrían causar el envejecimiento rápido de muchos satélites. Los satélites muy antiguos podrían comenzar a fallar inmediatamente después de la tormenta, mientras que los más modernos sobrevivirían al evento pero con expectativas de mayores riesgos durante tormentas posteriores más moderadas. Consecuentemente, tras una tormenta extrema, todos los propietarios y operadores de satélites necesitatán evaluar cuidadosamente la necesidad de lanzar satélites de repuesto con anterioridad a sus planes iniciales, con el objetivo de mitigar el riesgo de fallos prematuros.

Seguridad de pasajeros y tripulaciones de aeronaves

Los pasajeros y las tripulaciones en vuelo durante un evento extremo podrían quedar expuestas a una dosis adicional de radiación estimada en hasta 20 mSv, valor que excede significativamente el límite anual de 1 mSv de exposiciones planificadas para el público general, siendo el triple de la dosis recibida por una persona en un escáner de pecho. Dichos niveles implican un incremento del 1 por 1000 en el riesgo de cáncer para cada persona expuesta, aunque este hecho ha de considerarse en el contexto del riesgo de cáncer durante toda su vida, que está en torno al 30%. No se espera disponer de métodos prácticos de predicción a corto plazo, dado que las partículas de alta energía más preocupantes llegan a velocidades próximas a la de la luz. Se precisan mejores métodos de monitorización a bordo de las aeronaves para mejorar tanto la mitigación como los análisis posteriores a los eventos. Se considera que un evento de este tipo generaría una preocupación considerable entre la opinión pública.

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Desastres naturales y vigilancia del clima

El número de desastres naturales registrados a nivel mundial ha aumentado considerablemente en las últimas tres décadas (Figura 1). Cada año, los desastres relacionados con riesgos meteorológicos, hidrológicos y climáticos provocan una pérdida importante de vidas humanas y un retraso de años, si no de décadas, en el desarrollo económico y social. Entre 1980 y 2005, cerca de 7.500 catástrofes naturales en todo el mundo se cobraron la vida de más de 2 millones de personas y ocasionaron pérdidas económicas estimadas en más de 1,2 billones USD. Los riesgos relacionados con las condiciones meteorológicas, el clima o el agua, tales como sequías, inundaciones, tormentas, ciclones tropicales, marejadas, temperaturas extremas, deslizamientos de tierras e incendios forestales, o con epidemias y plagas de insectos directamente relacionadas con las condiciones meteorológicas e hidrológicas, causaron el 90% de estos desastres naturales, alrededor del 73% de las víctimas y el 75% de las pérdidas económicas.

Desastres y vigilancia del clima

Los avances en la vigilancia, predicción y alerta de los peligros relacionados con el clima, en relación con la preparación frente a las emergencias y a la respuesta eficaz sobre el terreno, permiten salvar numerosas vidas. En las últimas cinco décadas, el número de desastres y las pérdidas económicas asociadas, a nivel mundial, han aumentado entre 10 y 50 veces, pero sin embargo la pérdida de vidas humanas registradas se ha reducido a una décima parte. Las predicciones y la información sobre el clima nos permiten planificar mejor la respuesta de nuestras comunidades para reducir el riesgo de desastres frente a fenómenos meteorológicos extremos. Una mejor planificación en salud, agricultura, seguros y gestión de los recursos hídricos puede ayudar a preservar los medios de subsistencia.

Hoy en día, los sensores remotos (activos y pasivos) basados en radiocomunicaciones son la principal herramienta para la vigilancia del medio ambiente y el clima, para la predicción y detección de catástrofes, y para mitigar los efectos negativos de los desastres. Estos sensores obtienen datos medioambientales mediante la medición del nivel y los parámetros de las ondas radioeléctricas naturales y artificiales, que contienen información sobre el medio ambiente con el que han estado en contacto. Las aplicaciones de teledetección terrestre y espacial constituyen la columna vertebral del Sistema Mundial de Observación del Clima (SMOC) de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Sistema Mundial de Observación del Clima

Las bandas de frecuencia pertinentes para las aplicaciones de teledetección están determinadas por propiedades físicas fijas (resonancia molecular), que no se pueden cambiar ni duplicar en otras bandas (véase la Figura 2, a modo de ejemplo). Por lo tanto, estas bandas de frecuencia son un recurso natural importante. Incluso los niveles bajos de interferencias recibidas por un sensor pasivo pueden degradar sus datos.

La gestión eficaz y prudente de las bandas de frecuencia atribuidas a diferentes servicios meteorológicos y de exploración de la Tierra por satélite es de suma importancia en el mantenimiento y la mejora de la calidad y precisión de los sistemas de vigilancia del medio ambiente y el clima.

Importancia de la CMR-12 para el desarrollo y funcionamiento de los sistemas de vigilancia

Las sucesivas conferencias mundiales de radiocomunicaciones de la UIT han tenido en cuenta las necesidades de la comunidad meteorológica en el sentido de garantizar la disponibilidad y protección de las bandas de radiofrecuencias utilizadas por instrumentos de observación tales como radiosondas, radares meteorológicos y de perfil del viento y sondas de microondas e infrarrojas a bordo de vehículos espaciales.

Varios puntos del programa de la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2012 (CMR‑12) se refieren a las bandas de frecuencias o a cuestiones de interés primordial para la meteorología. Estos puntos se pueden dividir en dos grupos:

  • puntos dedicados a un mayor desarrollo de los sistemas o aplicaciones destinados a la observación;
  • puntos que pueden tener alguna repercusión sobre el funcionamiento de los sistemas y aplicaciones de vigilancia.

Los temas relacionados con el medio ambiente y con un mayor desarrollo de los sistemas de vigilancia del clima están incluidos en los puntos 1.6, 1.15, 1.16, 1.24 y 8.1.1 del orden del día.

Una de las principales orientaciones para el futuro de las aplicaciones de observación de la Tierra es el desarrollo de sensores pasivos a bordo de satélites meteorológicos o medioambientales que funcionan en bandas de frecuencia entre 275 y 3 000 GHz. Estas bandas, que serán objeto de debate en el marco del punto 1.6, corresponden en particular a las líneas espectrales de oxígeno y vapor de agua que son importantes para medir la precipitación y las nubes de partículas de hielo. Dichas mediciones son necesarias para los estudios climáticos y la vigilancia de tormentas, por lo que es crucial que la CMR‑12 actualice el No.5.565 del Reglamento de Radiocomunicaciones sobre la base de las conclusiones alcanzadas por las Comisiones de Estudio sobre este tema.

Las posibles atribuciones al servicio de radiolocalización en la gama de frecuencias 3–50 MHz para aplicaciones de radares oceanográficos, que se examinará en relación con el punto 1.15, podrían utilizarse para la vigilancia de la superficie del mar, la altura de las olas y las corrientes, y para el rastreo de objetos de gran tamaño. En algunos países, los radares oceanográficos funcionan satisfactoriamente en la gama de frecuencia 3–50 MHz desde el decenio de 1970. La necesidad de contar con datos adicionales para reducir los efectos de las catástrofes, incluidos los maremotos, y de entender el cambio climático y garantizar la seguridad de los desplazamientos marítimos, ha llevado a considerar la utilización operacional de las redes de radares oceanográficos a escala mundial. Dicha red dará apoyo a actividades medioambientales, oceanográficas, meteorológicas, climatológicas, marítimas y de mitigación de desastres. La OMM está convencida de que la CMR‑12 incluirá las atribuciones correspondientes en el Reglamento de Radiocomunicaciones.

El punto 1.16 del programa valorará las necesidades de los sistemas pasivos de detección de rayos. Los datos del sistema de detección de rayos contribuyen a la seguridad de la vida, tanto en lo que respecta a la predicción de la seguridad pública como a la seguridad de las operaciones de aviación, especialmente sobre los océanos y las grandes superficies de tierra en que no existen sistemas nacionales de detección de rayos. Además de los peligros que entraña la descarga del rayo propiamente dicha, las tormentas eléctricas pueden dar lugar a intensas precipitaciones, con las consiguientes inundaciones, severas heladas, cizallas de viento, turbulencias y ventoleras. Recientemente se ha demostrado que estos sistemas también pueden servir para vigilar las nubes de cenizas volcánicas. En base a los resultados satisfactorios de los estudios realizados por el Sector de Radiocomunicaciones de la UIT, la OMM espera que se incluya en el Reglamento de Radiocomunicaciones una nueva atribución para estas aplicaciones.

Los satélites en la órbita no geoestacionaria (no OSG) son una parte importante del sistema mundial de observación basado en el espacio. Los requisitos de misión de los satélites meteorológicos no OSG de próxima generación en términos de observaciones, instrumentos y servicios de usuario, indican claramente que será necesario transmitir a velocidades de datos notablemente superiores a las utilizadas por los sistemas actuales. En el punto 1.24 del orden del día se examinará la posible extensión de la atribución existente para el servicio de meteorología por satélite en la banda 7 750–7 850 MHz a la banda 7 850–7 900 MHz. Los estudios técnicos han demostrado la compatibilidad de estas bandas de frecuencia con los sistemas de otros servicios, por lo que la extensión propuesta es viable, si no limita indebidamente otros servicios.

La UIT y la OMM reconocen la importancia crucial del espectro de frecuencia radioeléctrica y los sistemas y aplicaciones de teledetección basados en radiofrecuencias para las observaciones meteorológicas y medioambientales destinadas a vigilar el clima, reducir el riesgo de desastres y mitigar los efectos negativos del cambio climático, o adaptarse a ellos. En el marco del punto 8.1.1 del orden del día, la OMM subraya la importancia de la Resolución 673 (CMR‑07) en relación con las actividades de observación de la Tierra y la necesidad de obtener una resolución a largo plazo de la CMR sobre este tema.

Desde el punto de vista de la OMM, también es preciso señalar a la atención los puntos 1.2, 1.5, 1.8, 1.19, 1.20, 1.22 y 1.25 del orden del día, ya que pueden tener alguna repercusión sobre el funcionamiento de los sistemas y aplicaciones de vigilancia meteorológica. Estos puntos se refieren a la mejora del marco reglamentario internacional, periodismo electrónico, sistemas del servicio fijo en las bandas de frecuencia 71–238 GHz, uso de las radiocomunicaciones definidas por programas informáticos y sistemas de radiocomunicaciones inteligentes, dispositivos de corto alcance, y atribuciones al servicio móvil por satélite. A la hora de debatir y tomar decisiones sobre estos temas, la CMR‑12 debería tener en cuenta que:

  • la protección de las frecuencias que se utilizan con fines meteorológicos es de interés directo y vital para la comunidad meteorológica internacional;
  • la oportuna alerta de la inminencia de desastres naturales y ambientales, la predicción precisa del clima y la comprensión detallada de la situación de los recursos hídricos mundiales que proporcionan las aplicaciones meteorológicas revisten una vital importancia para la comunidad internacional cada día.

La OMM considera que es especialmente importante introducir límites obligatorios para las emisiones no deseadas de los sistemas del servicio fijo que operan en las bandas 81–86 GHz y 92–94 GHz para la protección de la banda de frecuencia 86–92 GHz de los servicios pasivos de observación de la Tierra por satélite (punto 1.8 del programa). Esta es una de las bandas pasivas más importantes para los sensores actuales y futuros de medición de nubes, hielo, lluvia y nieve.

NOTA: La CMR 2012 se celebró en Ginebra (Suiza), entre los días 23 de enero y 17 de febrero de 2012.

Fuente: ITU News. Nº 1 · Enero – Febrero 2012. «Desastres naturales y vigilancia del clima».

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El CCE de Valencia transmitirá las alertas meteorológicas a los Alcaldes a través de SMS

Valencia, 3 oct (EFE).- El Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) de la Generalitat, dependiente de la Conselleria de Gobernación, informará de las alertas meteorológicas a través de SMS a los alcaldes de los municipios afectados, lo que permitirá «ganar en eficacia y eficiencia ante una emergencia».

Así lo ha asegurado en un comunicado la directora general de Prevención, Extinción de Incendios y Emergencias, Irene Rodríguez, quien ha indicado que esta iniciativa se implanta coincidiendo con el inicio de la campaña de inundaciones

Esta nueva aplicación permite una información directa y personalizada en situaciones de emergencia, ya que las situaciones de alerta se envían vía SMS a los alcaldes.

Esta iniciativa «se suma desde hoy a los mecanismos que se utilizaban hasta el momento como es el envío de la información de las preemergencia a través del fax», ha afirmado Rodriguez.

«La planificación, anticipación, prevención y optimización de todos los recursos a nuestro alcance son fundamentales para seguir creando las condiciones para seguir avanzando para tener una Comunitat cada vez más preparada y segura», ha señalado Rodríguez.

Según ha agregado, una de las constantes de los últimos años en las políticas de prevención y gestión de emergencias de la Conselleria de Gobernación ha sido «el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para ganar en eficacia y eficiencia».

Así, con la implantación en 2010 de la nueva plataforma tecnológica de «1·1·2 Comunitat Valenciana» se ha ganado «en nuevas potencialidades para la gestión de las emergencias, entre ellas la posibilidad de envío masivo de información externa de diferente naturaleza».

En este sentido, ha añadido que Gobernación «ha invertido más de 11 millones de euros en la renovación de la plataforma tecnológica del teléfono 112, que es líder en España con 108 organismos integrados, y disponemos de la tecnología más avanzada en lo que a gestión de emergencias se refiere, con nuevas funcionalidades que estamos desarrollando».

Fuente: abc.es

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Investigadores de la UCA presentan los resultados del proyecto europeo MICORE

El proyecto MICORE (Impactos morfológicos y riesgos costeros asociados a los eventos extremos de temporal) es una iniciativa europea que implica a 16 centros de investigación, empresas e instituciones de nueve países. El objetivo general del proyecto consistió en desarrollar un sistema on-line de alerta temprana (Early Warning System, EWS) para la predicción del impacto morfológico causado por temporales marinos. Este estudio, que comenzó en 2008 con una duración de 40 meses, se centró en nueve zonas piloto de características morfológicas diversas, una en cada país participante. En la provincia de Cádiz, los investigadores han analizado la playa urbana de su capital.

El vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de Cádiz, Manuel Bethencourt, acompañado del investigador responsable, Javier Benavente, y el técnico en Proyectos Europeos de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), Javier Izquierdo, han presentado esta mañana los resultados del proyecto europeo en la facultad de Ciencias de Puerto Real. En primer lugar, Manuel Bethencourt ha recalcado la importancia de los proyectos internacionales en la UCA, declarando que «trabajar junto a los mejores en estas áreas a nivel mundial supone un revulsivo para nuestra universidad». Concretamente, este proyecto se incluye dentro de las actividades investigadoras que se desarrollan en el marco del Campus de Excelencia Internacional del Mar- CEIMAR.

El coordinador del proyecto, Javier Benavente, ha revelado que los datos obtenidos han permitido conocer la presión a la que se ve sometido el medio costero, y los conflictos que la dinámica natural puede generar con la actividad antrópica (cualquier acción o intervención realizada por el ser humano sobre la faz del planeta). Asimismo, ha manifestado que «hemos logrado todos los objetivos que nos planteamos al iniciar el proyecto». El investigador de la UCA ha recalcado las funciones del Sistema de Alerta Temprana para las costas fuertemente antropizadas, como herramienta de apoyo para la protección civil a la hora de predecir el estado de los indicadores de impacto por temporal. El uso de esta herramienta y la correcta aplicación de planes de contingencia, permitirá la reducción del impacto de grandes temporales en zonas donde el retranqueo de las infraestructuras o la retirada de la población es una opción inviable, como es el caso de la ciudad de Cádiz.

Benavente explicó que los recientes desastres naturales en zonas costeras han puesto de relieve las consecuencias devastadoras que pueden tener los riesgos de origen marino. Las experiencias del huracán Katrina en Nueva Orleans y de los dos catastróficos tsunamis del Océano Índico y Japón «son una trágica muestra de lo que puede suceder cuando las estructuras de ingeniería costera se someten a fuerzas que superan sus límites de diseño, y fallan los planes de gestión y evacuación civil».

Dado que las predicciones de temporal se realizan con una antelación máxima de tres días, el proyecto MICORE se enfocó a la respuesta a emergencias a corto plazo. En este sentido, es «un claro ejemplo de investigación aplicada, que proporciona resultados prácticos para la gestión costera, útiles y aplicables a los usuarios finales». Las cinco respuestas claves del proyecto MICORE abarcan la comprensión de las tendencias históricas de los temporales costeros en Europa, la demostración de nuevos protocolos de difusión de datos y conocimiento: OpenEarth (un nuevo protocolo -base de datos compartida- para gestionar los datos y el conocimiento), la ampliación y validación de un nuevo modelo de código abierto del impacto de tormentas (traduce las predicciones de los parámetros hidrodinámicos en mar a información sobre impacto en la costa); la creación de prototipos de Sistemas de Alerta Temprana on-line para el riesgo de temporales y la creación de puentes entre los expertos costeros y sus destinatarios.

El 67% de los habitantes de la provincia gaditana se concentra en la costa

La población gaditana que vive en municipios litorales representa un 67% de los habitantes de la provincia, concentrándose en un 27% de su superficie total. «Este dato nos da una idea de la presión a la que se ve sometido el medio costero, y de los conflictos que la dinámica natural puede generar con la actividad antrópica» concreta Benavente. En este sentido, solo en la provincia de Cádiz se han invertido aproximadamente 16 millones de euros en gestión y protección de costas (el máximo en toda Andalucía).

La zona piloto escogida, la playa de La Victoria, presenta un paseo marítimo y bloques de apartamentos, así como numerosos negocios asentados sobre una barrera arenosa. Por otro lado, la presencia de la playa adyacente de Cortadura, un espacio prácticamente natural, permite comparar el comportamiento de ambas ante el embate de los temporales.

Fuente: Universidad de Cádiz

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